viernes, 5 de octubre de 2012

Octubre cuatro


Cuatro dias entrado octubre, el frio rebota por doquier, lo perros se hacen racimos acobijandose unos contra otros. El té rapido escapa de los labios, convirtiendose en un viejo pasaje.
Me acuerdo de pronto, de los dolores del estómago, no como parte de mi si no como una nota maravillosa de que alguien mas esta cerca, atravesandome.
No hay mas luz hoy que la necesaria, apenas para notar el camino bajo los pies, se esponjan los pajaros aterrizando en mi nispero.
Sostengo y masajeo la espalda, diciendome que ya es tiempo, recorro suave mi sonrisa pues se que la usare mas seguido.
Espero sin desespero los besos de hoy, los abrazos que desde la madrugada vienen, entiendo repentinamente las raices, los ramas, los frutos.
Entiendo de pronto porqué en octubre se avecina, anunciandose, ventoleros, lloviznas y temblores. no queda mas que agarrarse a lo que está solo para soltarlo, y dejar ser arrastrado, sí, en octubre llueve mas y es mas frio, pero la idea no es aguantarse, es entregarse, es cambiar.
Se me antoja hoy caminar.
Voy muy atento a la despreocuacion, descargando en cada paso, un viejo yo. Sin permanecer. Dejando de buscar, dejando de espectar, dejando de accionar. Solo caminar, ni siquiera recordando, ni intentando amar, dandolo todo, en cada paso. Lo que doy me lo doy, lo que no doy me lo quito.
Es eso.
Agradecer pareciera un acto consecuente, pero siempre fue en la gracia, de donde todo surguió, donde aun nos mantenemos juntos, ni hombres ni mujeres, pero despiertos.
Para todos

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